viernes, 12 de noviembre de 2010

miércoles, 10 de noviembre de 2010

Buenos Aires 1932



Buenos Aires en 1932, no hay nada más para decir.

jueves, 14 de octubre de 2010

THE PAIN AND THE PAIN RELIEVER

Ver a la tía Petty, cenar con mi primo el Rulo,
tomar unos drinks con mi hermanita, o
Hesperidina con mi protosuegro.

¿Y porque no?

Almorzar los domingos con mi viejita
y la tía de Quines, tuco, albóndigas y raviol
contándoles sobre las columnas del Partenon,
o el azul del Egeo.

¿Acaso, hay algo más glamoroso
que un Alka-Seltzer en vacaciones?

domingo, 3 de octubre de 2010

Corazón de Oro



Quiero vivir
Quiero dar
He sido minero
por un corazón de oro
y si estas expresiones
nunca las digo,
son las que me mantienen buscando
por un corazón de oro.
Me estoy poniendo viejo
sigo buscando
por un corazón de oro
y me estoy poniendo viejo.

Fui a Hollywwod
Fui a Redwood
Cruce el océano
por un corazón de oro
Estuve en mi mente
y es una linea muy delgada
que me mantiene buscando
por un corazón de oro
y me estoy poniendo viejo
sigo buscando
por un corazón de oro
y me estoy poniendo viejo.

Me mantienen buscando
por un corazón de oro
vos me mantenés buscando
por un corazón de oro
y me estoy poniendo viejo
He sido minero
por un corazón de oro

Heart of Gold
Neil Young - Harvest
1972

domingo, 13 de junio de 2010

¿Y si las palabras no están?



I - Ayer vi la entrega de los mtv awards y pensaba que los presentadores y los premiados no dejaban de hablar y hablar. Donde cada palabra perdía su significado.
En las radios las propagandas invaden el tiempo y te dejan claramente el nombre y quizá la dirección y al mencionar garantías o otras cuestiones de las cuales el fabricante no se va a hacer cargo en caso de malestar del consumidor, las palabras pasan a 100 palabras por segundo y no se entiende nada. O los programas de chismes (cada vez hay más) donde el parloteo no para: él dijo, yo le dije, nunca lo escuché, eso nunca lo dije.
La palabra en los medios no significa nada.

II – Por la calle se ve gente que no para de hablar. Cada vez más ansiedad oral en hombres y mujeres. Aunque sean más las mujeres cada día hay más hombres perdidos en la palabra.

III – Los chicos con su lenguaje gestual que cada día crece en contra de la palabra. Cada tres palabras dicen “nada”, “todo bien”, “manso”, “re-grosso”. Y en las discos los chicos bailan por un lado y las chicas por otro

IV – En Alemania donde (creo) se habla “bien” la gente no tiene contacto físico entre si y algún genio se le ocurrió el negocio donde la gente paga su entrada a un lugar donde pueden tocar y ser tocados.

V – Canciones de raperos, o Alejandro Sanz donde las palabras sobran.

Epílogo – Yo prefiero que las palabras sean como las notas de David Gilmour en su guitarra, pocas y precisas. Palabras que sinteticen mis ideas, mi expresión, y cuando las palabras no están, tengo mis otros sentidos. (..ya no tendremos que hablar y hablar..) (Say No More)

miércoles, 28 de abril de 2010

El trabajo ha muerto



«De ahí que el obrero se sienta en su casa fuera del trabajo y en el trabajo fuera de sí. Está en casa cuando no trabaja, y cuando trabaja no está en casa. Su trabajo, por lo tanto, no es voluntario, sino obligado, trabajo forzado. No es, por lo tanto, la satisfacción de una necesidad, sino sólo un medio para satisfacer necesidades fuera de éste. Su carácter ajeno lo pone de relieve el hecho de que, tan pronto deja de existir alguna coacción física o de cualquier otro tipo, se huye del trabajo como de la peste.»
Karl Marx, Manuscritos económico-filosóficos, 1844
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«En el fondo, ahora se siente [...] que semejante trabajo es la mejor policía, que mantiene a todo el mundo a raya y que sabe cómo evitar con firmeza el desarrollo de la razón, la concupiscencia y el deseo de independencia. Puesto que emplea una cantidad enorme de energía nerviosa, la cual sustrae a las actividades de meditar, ensimismarse, soñar, preocuparse, amar, odiar.»
Friedrich Nietzsche, Los aduladores del trabajo, 1881
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El trabajo como lo conocíamos dejó de existir.

Hace rato que no existe.

Nos educamos en la idea judeo-cristiana que ganaremos el pan con el sudor de nuestra frente, o con eso de casa al trabajo y del trabajo a casa, o últimamente con esos empleos donde forman a sus empleados mentalizándolos en el marketing de formas modernas de esclavitud, como los vendedores de hamburguesas, celulares, servicios médicos o algún polvo maravilloso que vuelve hermoso a quien lo compre.

Son solo los últimos estertores de una idea que se muere.

Hoy se puede ganar plata sin hacer nada, o como mucho juntándose en una esquina, parando el transito y tocando el bombo. Estamos donde nadie se muere de hambre (si sabe pedir….).

El estado tiene una renta extraordinaria que permite llenar los bolsillos a corruptos y dadivas tanto a los seguidores como a desconformes (cuando protestan
es solo porque quieren una torta más grande).

El trabajo ha muerto y nadie tiene intensión de devolverle la vida.