jueves, 23 de julio de 2009

Somos desertores

El cerró su fabrica de auto-partes de Santa Fe
porque se cansó que le entraran ladrones
y ahora hace queso de cabra.

Ella, después de treinta años se canso de esperar
a su pareja ideal y es la amante del tipo
que no estaba en sus planes.

El ya no es mas abogado, carrera que eligió
para conformar a sus padres, es carpintero
y le encanta trabajar con las manos.

Dejó de llorar escondidas por el hombre que la dejó,
como en ese tango, y ahora mira con mas dulzura
a los hijos que gestó.

Se cansó de tranzar en la City porteña con bocones,
call money y divisas extranjeras, apostando con su vida
y puso un vivero.

Se recibió de Licenciada en esa carrera
que sus padres, en San Juan, no aprobaban
y se sintió mas plena.

Tiró por la borda toda su experiencia de residencia médica
en Córdoba y busca emociones escondidas
con un sahumerio en la mano.

Yo, nunca me consideré capaz de escribir, lo hago y me da placer.

Somos desertores de un destino mal etiquetado,
que no es de nuestra talla y que por error nos fue dado.
Tenemos la simiente del cambio posible,
el cambio que creamos,
y dejamos una pequeña hendija abierta,
no para presumir,
sino para que otros puedan entrar.

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