lunes, 6 de julio de 2009

Zona Franca hedonista

El otro día habló en público un señor, presentado como entendido en temas aduaneros, contando que en Zona Franca se podía desarrollar trabajos de servicios y amplió: incluso puede instalarse dentro de Z.F. una clínica de cirugía estética.

Demasiado para mi.

A manera de breve descripción les cuento, para aquellos que no sepan, que en las Zonas Francas se almacena mercadería extranjera que aún no paga los tributos aduaneros. Es decir que cuando uno saca mercadería de Z.F. debe pagar los tributos aduaneros (los importadores. ¿Se entiende, no?)

Instantáneamente (no se porque), se me vino a la mente una mujer realizándose un implante de siliconas (importadas. Claro está) y que al salir del consultorio de Z.F. debía pagar los tributos de importación por sus nuevas tetas.
Además el agente aduanero debería constatar las mamas plásticas que se importan y eventualmente, comprobar que se trata de unos implantes en particular y no otros.

O sea señora que, tal como usted lo está pensando en este momento, en esa hipotética clínica no solo los médicos la tocarían.

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