miércoles, 15 de julio de 2009

Triste destino

- A este viejo le dicen “el retaco”- me dijo mi amigo Fredy señalando con las cejas y su voluptuosa nariz a un “veterano”, que conversaba con amplios gestos con una chica promotora del stand.

- ¿Qué es “el retaco”? - Le pregunté.

En ese tiempo Fredy y yo teníamos veinte años, mas o menos, y el, que decidió no estudiar, estaba haciendo su primer experiencia laboral trabajando como cadete en una firma que remataba los caballos pura sangre presentados en el Tattersall de Palermo(*).

A pesar de su corta experiencia en el trabajo, Fredy estaba aprendiendo rápidamente todo el argot propio del negocio ecuestre, así que me pasó a explicar que en todos los haras donde crían estos caballos de carrera que valen una fortuna, sin excepción, tienen un retaco.

El retaco no es mas que un caballo ordinario, sin castrar, que cumple con la noble tarea de cuidar cada moneda invertida en los reproductores, y lo hace de la siguiente manera: Cuando una yegua se alza la sueltan en un corral donde se encuentra el retaco, y el padrillo de pedigree está en un corral lindero viendo todo lo que pasa y a las patadas contra las tablas del corral.

La yegua no se entrega así nomas, muerde y patea al retaco con violencia hasta quedar exhausta. Cuando se cansa es el momento que la yegua se entrega, ya mansa, a ser servida, pero, en ese momento enlazan al retaco, lo sacan del corral y dejan entrar al padrillo que sirve a la yegua sin un solo rasguño.

Repasé todo lo dicho por Fredy, e instantáneamente levanté mi mirada hacia el viejo y la promotora que jugaba con la pila de programas del remate en sus manos y miraba hacia las personas que ingresaban al predio.

- Triste destino. ¿No? - reflexioné.

- Sip

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(*) El Tattersall de Palermo es el salón de remate de pura sangre que se encuentra lindante con el Hipódromo, sobre la Av. Del Libertador en Buenos Aires y también funciona, eventualmente, como salón de fiestas y eventos.

3 comentarios:

  1. El suscripto da fe de una cantidad infernal de retacos que pululan por doquier en estos lares

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  2. estimado desertor: en el mundo de los toros y vacas me consta que efectivamente, si bien las vacas no son de resistirse como las yeguas, lo cierto es que existe la posibilidad de que el toro se fracture la pinchila, porque a diferencia de nosotros tienen huesos en vez de cartilagos (chequear este dato).
    De todas maneras si bien la historia es interesante se la puede trabajar mejor desde lo literario (obviamente todo retaco tiene una vida privada que merece contarse, me lo imagino como el "Pachanga" de Carlitos' Way).
    hasta la victoria, siempre
    Fdo: Andrés Scarpati

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  3. Recomiendo: hablando del triste destino, recomiendo que leas el episodio de "La Vaca Bretona" de Michel Houellebecq publicado en planetaxilium.blogspot.com

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